Benedetto Gui, coordinador del Departamento de Economía y Dirección de Empresas, ilustra las características del nuevo Máster en Economía y Ciencias Políticas
Redacción web Sophia
Publicado en iu-sophia.org el 14/02/2017
Profesor Gui, díganos en primer lugar por qué debería un joven elegir el Instituto Universitario Sophia.
En estos tiempos escasea el valor para proponer a los jóvenes ideales a los que dedicar la vida. Sophia propone una visión del mundo basada en el más profundo respeto a la persona humana (y por tanto a su cultura, a su religión y a sus ideas), para mirar hacia la meta de un mundo sin odios ni guerras, ni opresiones, ni exclusiones, ni superioridad de unos sobre otros. Esto no significa que en economía tengamos una receta lista para imponer. Se trata de ver más allá de la visión reduccionista del sujeto económico y de las relaciones económicas, que hoy todavía sigue siendo dominante a pesar de que la investigación científica esté demostrando su insuficiencia.
¿Y por qué Sophia y no otra facultad?
Sophia propone un programa que unifica el aprendizaje, hecho de escucha, discusión, preparación de textos y presentaciones en el aula, con la vida. La misma lógica de apertura al otro, con la que se intenta ver la realidad que hay que conocer, es la que se intenta vivir en las aulas, en los pasillos, en las actividades de la community life y en las residencias, donde los estudiantes realizan una experiencia intercultural muy importante (tenemos alumnos de 30 países de los 5 continentes y de distintas religiones).
¿Qué novedades hay?
La apertura de dos nuevos Masters, uno en Ontología Trinitaria, de corte filosófico y teológico, y otra en Economics and Politcal Sciences (el título internacional no es casual), que proporciona a los estudiantes una visión amplia del contexto económico, político y social en el que tendrán que moverse, y a partir de ella propone varias direcciones de especialización.
¿Cuáles son las novedades concretamente en Ciencias Económicas?
Sophia ofrece la posibilidad de especializarse en Humanistic Management o en Economics and Philosophy. Por una parte tratamos, junto con los estudiantes, de adquirir las competencias que se esperan en un postgrado del ámbito de la economía, y por otra, profundizamos en la visión de la economía de la que hablaba antes. Todo ello a través del estudio de nuevas líneas de investigación y en contacto con las iniciativas económicas que esta visión lleva a la práctica. Son temas que muchas veces no tienen cabida en la enseñanza universitaria.
¿Cómo se puede hacer fructificar lo aprendido en Sophia en el mundo laboral?
Los encargados de la selección de personal cada vez tienen más claro que poseer buenos conocimientos de una disciplina no es suficiente para que un joven sea un miembro válido de una organización. Además, hace falta capacidad de diálogo con los portadores de otros conocimientos, saber cooperar, ser capaz de asumir responsabilidades. La experiencia de estos años nos dice que a nuestros alumnos se les valora no sólo por su preparación, sino también por otras dotes que la experiencia de Sophia desarrolla, puesto que está especialmente preparada para ello. Pero hay que señalar que el estudio no debe estar orientado sólo al futuro trabajo, sino al crecimiento personal y, lo que no es menos importante, al desarrollo de la capacidad de iniciativa individual y grupal en el ámbito económico, político y social. Pensamos que eso también puede ser una valiosa aportación a la sociedad.
Recientemente, el Papa Francisco ha abrazado efusivamente la propuesta de la Economía de Comunión, a la que se orienta la oferta académica de Sophia en el plano económico. ¿Qué ofrece el IUS en este sentido?
El Papa Francisco pone en discusión el capitalismo que hoy domina el mundo económico. Incluso cuando el objetivo es ganar dinero sin causar ningún daño directo a nadie, con frecuencia el resultado acaba siendo igualmente marginador e inhumano. Esto obliga a hacer una reflexión sobre los límites de una lógica económica que sólo busca el propio provecho. Necesitamos organizaciones económicas cuya actividad, no sólo no cause daños inmediatos a otros, sino que, además, sea compatible con un mundo en el que todos puedan vivir dignamente. En estos temas, Sophia no quiere realizar fáciles condenas moralistas, sino más bien tratar de entender las condiciones para que el desarrollo de la actividad económica no genere "fisiológicamente" masas de excluidos o marginados. Al llevar a cabo esta reflexión, el IUS tiene la oportunidad de acercarse a la experiencia de las personas comprometidas en el proyecto de la Economía de Comunión, que están experimentando con generosidad y creatividad una praxis económica que responde a las necesidades manifestadas por Francisco.